Durante mucho tiempo relegada a un papel secundario en el ámbito espacial, España está consolidando su presencia en la carrera espacial con un creciente número de proyectos innovadores, colaboraciones internacionales y avances tecnológicos. En 2024, el país ha dado pasos significativos en el desarrollo de infraestructura espacial, investigación científica y participación en misiones lideradas por la Agencia Espacial Europea (ESA) y la NASA , demostrando que puede ser un actor relevante en este campo.
Publicidad
Desde satélites para observación de la Tierra hasta componentes críticos para explorar otros planetas, las instituciones españolas están marcando la diferencia en múltiples frentes. A continuación, se analizan algunas de las principales contribuciones científicas y tecnológicas del país en 2024.
1. Participación en misiones de la Agencia Espacial Europea (ESA)
España es miembro de pleno derecho de la ESA desde 2006, pero en los últimos años ha aumentado considerablemente su inversión y compromiso en programas clave. En 2024, el gobierno español destinó más de 750 millones de euros al sector espacial, lo cual le permitió participar activamente en una serie de misiones estratégicas.
Entre las más destacadas:
- Euclid : La misión de la ESA diseñada para estudiar la energía oscura y la materia oscura. Empresas como GMV Aerospace & Defence colaboraron en el diseño de sistemas de navegación y procesamiento de datos.
- JUICE (Jupiter Icy Moons Explorer) : Proyecto dedicado al estudio de las lunas heladas de Júpiter, donde investigadores del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) participaron en el desarrollo de instrumentos ópticos para detectar señales de vida potencial.
- Hera : Misión europea dirigida a desviar asteroides como parte del sistema de defensa planetaria. España contribuyó en el diseño de sensores de navegación autónoma.
Estas colaboraciones no solo posicionan a España como un socio confiable en el escenario internacional, sino que también fortalecen la industria nacional y fomentan la formación de nuevos ingenieros y científicos espaciales.
2. Desarrollo de satélites de observación de la Tierra
Una de las áreas en las que España está teniendo un impacto directo es en la observación de la Tierra mediante satélites. En 2024, se lanzó el PazSAT-2 , un satélite desarrollado por el consorcio liderado por Hisdesat e integrado por empresas como Airbus DS Crisa , Sener y Elecnor Deimos .
Este satélite forma parte de un ambicioso programa de vigilancia medioambiental que permite monitorear:
- Cambios climáticos
- Incendios forestales
- Inundaciones
- Erupciones volcánicas
- Contaminación atmosférica
Además, se avanzó en el desarrollo de la constelación Satélites para la Gestión del Riesgo Climático (SGRC) , cuyo objetivo es ofrecer información crítica para políticas de adaptación al cambio climático y gestión de emergencias ambientales.
3. Investigación en astrobiología y exploración de Marte
El Centro de Astrobiología (CAB), dependiente del CSIC y del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) , continúa siendo uno de los centros punteros en Europa en el estudio de la vida más allá de la Tierra.
En 2024, el CAB fue fundamental en el desarrollo del instrumento RLS (Raman Laser Spectrometer) , incluido en la misión ExoMars Rosalind Franklin , cuyo objetivo es buscar signos de vida pasada o presente en el subsuelo marciano.
Este espectrómetro láser, fabricado íntegramente en España, permite identificar compuestos orgánicos y minerales que podrían indicar actividad biológica, marcando un hito en la capacidad tecnológica y científica nacional.
4. Avances en propulsión espacial y nanotecnología
Otra de las áreas emergentes en el sector espacial español es la propulsión avanzada y la nanotecnología aplicada al espacio . Centros como el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) y grupos de investigación de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) han trabajado en el diseño de micropropulsores eléctricos para pequeños satélites.
En 2024, se presentó un nuevo prototipo de motor iónico miniaturizado , ideal para CubeSats y satélites de bajo coste, capaz de operar durante largos periodos con mínima cantidad de combustible. Este tipo de tecnología abre nuevas posibilidades para misiones de largo alcance y reducción de residuos orbitales.
Además, se firmó un acuerdo entre el INTA y la NASA para colaborar en el desarrollo de recubrimientos ultraligeros basados en nanomateriales, destinados a proteger equipos espaciales de radiación solar y micrometeoritos.
5. Impulso al lanzamiento de cohetes desde territorio español
España dio un paso importante hacia la soberanía espacial con el anuncio del centro de lanzamiento de El Hierro , ubicado en Canarias, que en 2024 comenzó a recibir pruebas preliminares para el lanzamiento comercial de pequeños satélites. Este proyecto, gestionado por la empresa PLD Space , busca convertir a España en un hub de lanzamientos suborbitales y orbitales ligeros dentro de Europa.
La isla de El Hierro fue elegida por su ubicación geográfica privilegiada, cerca del ecuador terrestre, lo que reduce el consumo energético necesario para alcanzar órbita. Esta iniciativa implica no solo la creación de empleo especializado, sino también el fortalecimiento de cadenas de suministro locales y cooperación con startups espaciales europeas.
6. Desarrollo de infraestructuras y telecomunicaciones espaciales
Otro pilar del crecimiento espacial en España es la modernización de infraestructuras terrestres para el seguimiento y control de satélites. En 2024, se inauguró una nueva estación de comunicaciones espaciales en Extremadura , equipada con antenas de alta precisión para soportar misiones interplanetarias y de observación de la Tierra.
Esta instalación, gestionada por el Ministerio de Ciencia e Innovación , se conecta con otras redes europeas y estadounidenses, mejorando la coordinación global en la gestión de datos espaciales.
También se reforzó el rol de la Red Española de Metrología Cuántica , que trabaja en sensores cuánticos para medir campos gravitatorios y magnéticos con una precisión sin precedentes, herramientas clave para futuras misiones de exploración profunda.
7. Investigación en recursos extraterrestres y colonización
Aunque aún en fase temprana, en 2024 se impulsaron estudios sobre la utilización de recursos en la Luna y Marte, en el marco de las misiones Artemis de la NASA y el programa lunar de la ESA. Universidades como la Universidad de Vigo y el CSIC participaron en proyectos de simulación de suelos lunares para evaluar su uso en construcción de bases habitables.
Asimismo, se llevaron a cabo experimentos en colaboración con el Instituto Tecnológico Aerospacial (INTA) sobre cómo ciertos microorganismos extremófilos pueden sobrevivir en condiciones similares a las de Marte, un paso importante para entender la posibilidad de vida fuera de la Tierra y para desarrollar sistemas de soporte vital en misiones tripuladas.